Yo me considero una persona fiel. Cuando estoy
con alguien estoy con ese alguien. A ver, que ojos en la cara tengo como todo
el mundo y en 12 años de relación no puedo negar que haya mirado a otro tío con
ojitos... pero porque que esté a dieta no significa que no pueda leer la carta,
verdad?
El caso es que cuando empezó el declive, cesó el
sexo y apareció la ansiedad llegué a la conclusión que la masturbación era la
vía de escape más saludable para mis picores más oscuros, así que... me decidí
a comprarme un consolador.
Un consejo, no compréis en las tiendas de sex
shop, son carísimas! Sabéis la cantidad de ofertas que hay de internet? No me
costó nada el meterme en una página de esas que por 5€ te dan un cupón del 40%
de descuento en tiendas de juguetes eróticos... así si merece la pena gastarse
el dinero en cochinadas!
Alguno os preguntareis "y por qué no la
masturbación manual? Más barato que eso..." Pues porque yo no me hago
dedos. No, alguna vez he probado y sí, he notado cosquilleo y eso, como con la
alcachofa de la ducha o el "pintalabios" vibrador que me regalaron
una vez para hacer la gracia, pero nunca he pasado a gozarlo plenamente. No
sabré hacerme un dedo... bueno, nadie es perfecto.
Total... una cosa en la que hice hincapié fue el
tamaño. Mi chico estaba muy bien dotado (gordota y de un largo considerable) lo
que significaba que el que iba a ser "mi amante secreto" tenía que tener buen equipamiento. Así que me documenté bien, elegí a mi nuevo amiguito,
hablé con una amiga que estaba independizada para que se lo llevaran a su casa
(os imagináis que traigan un paquete, nunca mejor dicho, a casa y que lo habra
vuestra madre?? Me mueroooo) y me lo compré.
Mi primera experiencia? Idílica, casi religiosa (jajaja) Creo que
tarde como… 20 segundos en correrme? Que sí, que tenía muchas ganas, que había
pasado un tiempo considerable desde la última vez… pero joderrrrrr lo que hacía
un trozo de plástico con 2 pilas alcalinas! Siempre dije que mi chico era un
mago con las manos, pero fue como comparar al Gran Houdini con un niño jugando
al “Magia Borrás”
Esa fue mi PRIMERA LECCIÓN: no conocía mi cuerpo
también como pensaba.
Desde ese día, pocas eran las noches que no me daba un homenaje pa mi body, incluso fantaseaba... siempre he sido muy inmaginativa y la verdad es que mi chico era algo sosete en la cama, alguna vez que le insinué hacer "algo diferente", muy discretamente para no ofender su hombría... pero vamos que no pasaba del misionero, perrito o yo encima. Pero con "mi amante" no era así...
Y ahí aprendí mi SEGUNDA LECCIÓN: me gustaba más el sexo de lo que creía.
Y ahí aprendí mi SEGUNDA LECCIÓN: me gustaba más el sexo de lo que creía.